No cabe duda de que vida de Drew Barrymore no ha sido fácil. De haber sido una niña estrella se convirtió en una drogadicta y alcohólica cuando increíblemente tenía 9 años. A los 12 ingresó a un centro de desintoxicación, una etapa de la que jamás ha querido referirse, sino hasta hoy.
El nuevo papel de Drew para el filme 'Grey Gardens' le ha hecho recordar esta parte negra de su vida. "Me sentía muy triste y sola, pero intentaba volver a vivir. Al igual que cuando yo estuve en rehabilitación, en muchas ocasiones me sentía triste y me aislé", añadiendo que el estar encerrada también la habría llevado a aprender a vivir de nuevo. "Allí aprendes a convertirte en alguien más".
El padre de Drew, John, era un actor alcohólico, quien estuvo mayoritariamente ausente en su niñez, aunque encaminaron su relación "casi por obligación" cuando ella se enteró que su padre iba a morir de cáncer de médula ósea, fue entonces cuando Drew tomó la decisión de cuidarlo en sus últimos días. "Estaba tan débil", pero era muy "frívolo y sólo se preocupaba de él". "Estoy segura de que esto ha afectado a las relaciones que he tenido con los hombres".
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